miércoles, 9 de septiembre de 2015

Otaku niño, otaku hombre.

Bienvenidos a Nunca tendré razón, soy Juan Ramón Sainz Aragonès y hoy os hablaré de una lacra que sufrimos los aficionados al manga, al anime y a los videojuegos.

Aunque es un prejuicio que a día de hoy se ha ido superando en las edades en las que se suele ser un estudiante y ya no es tan frecuente que a un niño se le margine por ser aficionado al manga, cosa que por suerte ya no es como en los 80 y 90, lo cierto es que es un hobby que aún no se ve con buenos ojos cuando el otaku medio lo mantiene más allá de los 25.

Cuando se llega a cierta edad y hablas con gente que, bien pueden ser compañeros de trabajo, bien pueden ser parientes, es posible que surja el momento en que comentes que te gusta tal serie de anime y si encima resulta que era una que se retransmitía en tú país cuando eras niño su respuesta suele ser "ah, sí! La veía de pequeño ¿cómo te acuerdas aún de eso?" Te encuentras en la encrucijada de decidir si reconocer que la tienes en DVD y que todavía la sigues viendo o si mentir e inventarte que la estaba mirando el hijo de la vecina que te ha pedido que le cuides al niño y que lo veas con él. Yo simplemente reconocería la verdad, y aunque el interlocutor finja no darle importancia sé que en su fuero interno me juzgará por ello.

Suena raro, pero es así, y cuanto mayor te haces peor visto está. Puede llegar un punto en que incluso tú pareja pueda plantarse delante de tí y decirte "¿ya está bien, no?".

Lo cierto es que desde el punto de vista ajeno puedo entender esa forma de pensar, pero como otaku siempre diré "me siento más adulto porque el seinen me hace reflexionar y sentir emociones que me sirven para afinar mi empatía al igual que se afina un instrumento, el shonen me transmite esa energía para afrontar miedos a situaciones a las que cualquier adulto se enfrenta, porque todos los adultos tenemos miedos y buscamos algo que nos dé fuerzas, eso no me hace más niño que los que nutren su coraje gracias al apoyo moral de la religión, de creencias propias ajenas a la religión como bien pueda ser un mantra de autosugestión o simplemente evadir la mente e imaginar que se está en otro lugar, porque apartar el miedo es humano y todos somos humanos. Todos los géneros de manga además me siguen recordando a través de sus trazos a apreciar una belleza que va más allá de algo físico y tangible, una belleza sútil que no guarda relación con el sexo, la naturaleza o la esperanza que puede proporcionar la religión".

Creo que el camino del otaku es una senda que refuerza la sensibilidad, pero que a la vez nos da fuerzas para enfrentarnos a aquellos momentos duros de la vida. El camino correcto no es refugiarse en el manga, sino nutrirse de las cosas positivas que nos aporta.

¿Y vosotros que opináis? Os animo a dejar vuestros comentarios aquí debajo!

4 comentarios:

  1. Yo al término otaku como tal ("persona con aficiones obsesivas y se aplica a cualquier tema o campo") de forma literal no llego. Si soy MUY aficionado desde siempre, aunque sin llegar a obsesionarme en ningún tipo concreto de entretenimiento.

    Lo que se comenta es mero retraso. Todo esto no es más que otra forma de arte, un medio distinto para llevar a cabo una obra. Y los hay para todas las edades, exactamente igual que con cualquier otra forma de arte, tales como libros, cómics, películas, animación, videojuegos (hace nada eran para niños y ahora son para todos ¿?, vemos que todo depende de como sepas venderlo), e incluso en el teatro.
    La modalidad de arte nada tiene que ver con la edad objetivo, son cosas totalmente independientes. Cosa muy distinta es ver que la mayoría del anime vaya dirigido al público adolescente, pero eso es porque es su mayor consumidor, por lo que el mercado manda. Nuevamente no tiene nada que ver el objetivo de público primario con el medio usado. Aprovecho para recordar por ejemplo que las novelas ligeras son libros, y van dirigidos igualmente al público adolescente principalmente.

    Y quien siga pensando como se indica en el artículo, mejor que mire su reloj que igual lo lleva retrasado unas cuantas décadas. Y la de buenas historias que se está perdiendo sólo por encasillarse en su cabezonería de su propio retraso de actitud.

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    1. Muchísimas gracias por tú aportación!

      Y estoy muy de acuerdo en todo lo que has expresado, de hecho pienso que cosas que eran "para niños" en su momento ahora son también para adultos precisamente porqué los adultos que lo disfrutan eran los niños que lo disfrutaron en su día, y por eso se ha normalizado el consumo de anime en adultos.

      Lo mismo ha pasado con otras cosas, como por ejemplo la música: los Beattles iban dirigidos a los jovenes de aquella generación que actualmente ya no son tan jovenes, pero que aún siguen disfrutando su música.

      Lo bueno siempre es bueno.

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  2. Yo tengo una duda
    Es malo o bueno que un niño de 15 años empiece a obsesionarse con los animes y quereer ser un otaku???

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  3. Yo tengo una duda
    Es malo o bueno que un niño de 15 años empiece a obsesionarse con los animes y quereer ser un otaku???

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