Bienvenidos de nuevo a NTR (Nunca tendré razón)!
Hoy hablaré de un "Un grito de amor desde el centro del mundo".
Se trata de un libro muy especial escrito por Kyoichi Katayama y de hecho lo es tanto que no puedo comentarlo sin mencionar todo lo que transmite más allá de su magnífica historia, así que como me quiero centrar en las sensaciones solo resumiré la premisa del libro en una frase para centrarme en todo lo demás: Un adolescente que ha perdido a su novia, lo cual lo lleva a sumirse en una profunda tristeza. Pero no es solo tristeza lo que encontraréis entre sus páginas.
Pues buen, ese es el quid de la cuestión, porqué este libro me sumerge en la tristeza más profunda cuando Sakutaro habla de lo que siente y me eleva por encima de las nubes cuando él recuerda su felicidad junto a ella.
No es solo una historia y no son solo palabras. Al leerlo el libro transmite algo tan potente que en seguida te das cuenta que no es solo un entretenimiento, es mucho más, es como un aura que entra en ti para despertar emociones dormidas o que sencillamente no tienes ocasión de sentirlas en ese grado de intensidad. No es solo un libro, es una herramienta para afinar la sensibilidad.
Podría decir mucho de este libro y no sería nada en comparación a lo que realmente me hizo sentir, así que si queréis experimentarlo os ánimo a que le deis una oportunidad.
viernes, 11 de septiembre de 2015
jueves, 10 de septiembre de 2015
La insalubre ansia adquisitiva.
Bienvenidos un día más a mi blog!
En mi entrada de hoy hablaré de los niveles extremos de hype que nos hacen perder el control de una forma ridícula. El hype por si alguien no lo sabe es el resultado desatado en las carnes del consumidor de la expectativa creada sobre un producto por los creadores del mismo.
En mi entrada de hoy hablaré de los niveles extremos de hype que nos hacen perder el control de una forma ridícula. El hype por si alguien no lo sabe es el resultado desatado en las carnes del consumidor de la expectativa creada sobre un producto por los creadores del mismo.
Es perfectamente normal sentir hype cuando anuncian un juego, figura, serie de anime, manga o película que nos gusta. También es normal que este aumente cuando se acerca la fecha de lanzamiento, pero... ¿qué sucede cuando no sabemos sobrellevarlo?
Os contaré una anécdota que viví en un FNAC al que fui el 27 de agosto, donde me quise comprar un pack de DVDs con la serie de anime Escaflowne, pero esto no viene al caso, lo que sí guarda relación es que en el momento en que fui a pagar el cliente que estaba delante mío le preguntó al dependiente si le podía vender el pack de PS4 edición Metal Gear Solid V The phantom pain, cuya fecha de lanzamiento oficial era el 1 de septiembre. El dependiente lógicamente le dijo que no se lo podía vender, que ni siquiera les había llegado y no lo tenían en el almacén, que les llegaría al día siguiente, el 28 de agosto. El extrahypeado cliente le pidió si se la podían vender al día siguiente y el dependiente lógicamente le dijo que no. Ahora vamos a lo lamentable de la situación:
El cliente se sacó 400 euros y abanicándolos debajo de la nariz del dependiente le espetó "mira, aquí tengo 400 pavos, tú eliges si quieres que te los gaste a ti o si me voy al GAME, que ahí me dan "puntitos" (hago especialmente énfasis en la palabra PUNTITOS por el tono en que la pronunció). Lo dijo además con el mismo tono que un caballero medieval emplearía para pedir la mano de la princesa, de forma altanera, solemne y con una máxima seguridad en que se iba a salir con la suya. El dependiente insistió en que eso era imposible. La cosa siguió así durante 20 minutos, hasta que el dependiente se fue para preguntarle a su jefe si sería posible que el cliente pudiera tener su PS4 el día 28, aunque todos sabíamos que era una batalla perdida porqué las grandes cadenas no se exponen a la sanción que conlleva la violación de la fecha de un lanzamiento. Yo estaba desesperado porqué solo quería pagar el artículo que me quería llevar, así que para ver si lograba que nuestro Quijote de los tiempos modernos dejara de pelearse contra el malvado gigante esta vez personificado por un dependiente en vez de un molino, le sugerí que si quería tener antes su PS4 edición Metal Gear la comprara a través de Xtralife, que se la mandarían a casa y la podría tener antes del 1 de septiembre con un poco de suerte. Él me preguntó ¿pero me darán puntitos? (eso casi quebró mi alma y mi psique), yo le respondí que sí, que los podría acumular para futuras compras y que esa página está muy bien. El dependiente regresó comunicándole que el jefe había dicho que era imposible, que el día 28 de agosto no se la podrían vender, el cliente insistió durante 10 minutos más y se fue.
Resultado: yo tardé más de 30 minutos en pagar un artículo que en condiciones normales no lleva mucho más de 40 segundos. Durante esos 30 minutos presencié la lamentable escena de un hombre intentando extorsionar a golpe de abanico conformado con billetes a un empleado que solo cumplía con su trabajo. La épica pero infructuosa lucha de un hombre contra un malvado imperio que le negaba lo que le pertenecía, o por lo menos así lo debía ver él.
Así que me pregunto ¿merece la pena rebajarse y hacer pasar un mal rato a los demás por un objeto por mucho que lo deseemos y que lo acabaremos teniendo igualmente a los pocos días?
Bien, aquí me gustaría hablar de los factores que pueden desencadenar tan curioso fenómeno:
1- Lo que prometen los creadores durante meses antes de lanzar el producto, presentándolo como la fórmula definitiva contra el aburrimiento bien adornado con un marketing elaborado.
2- La sugestión al usuario de que necesita el producto. Antes eramos consumidores, ahora somos una extensión de los productos que nos venden. Sin ellos estamos incompletos, es como si nuestro brazo estuviera en una vitrina inalcanzable y nos prometieran que en tal fecha nos lo devolverán a cambio de pagar un coste económico. Las redes sociales contribuyen a ello y son un sugestionador más potente que la prensa. Los medios de comunicación pueden ir perdiendo credibilidad paulatinamente, pero lo dicho por otras personas que no pertenecen a la prensa en cambio va adquiriendo más valor porqué se acepta como una "verdad popular", que básicamente es una impresión compartida por una gran comunidad que a pesar de no ser un hecho empírico se acepta casi como tal.
Os contaré una anécdota que viví en un FNAC al que fui el 27 de agosto, donde me quise comprar un pack de DVDs con la serie de anime Escaflowne, pero esto no viene al caso, lo que sí guarda relación es que en el momento en que fui a pagar el cliente que estaba delante mío le preguntó al dependiente si le podía vender el pack de PS4 edición Metal Gear Solid V The phantom pain, cuya fecha de lanzamiento oficial era el 1 de septiembre. El dependiente lógicamente le dijo que no se lo podía vender, que ni siquiera les había llegado y no lo tenían en el almacén, que les llegaría al día siguiente, el 28 de agosto. El extrahypeado cliente le pidió si se la podían vender al día siguiente y el dependiente lógicamente le dijo que no. Ahora vamos a lo lamentable de la situación:
El cliente se sacó 400 euros y abanicándolos debajo de la nariz del dependiente le espetó "mira, aquí tengo 400 pavos, tú eliges si quieres que te los gaste a ti o si me voy al GAME, que ahí me dan "puntitos" (hago especialmente énfasis en la palabra PUNTITOS por el tono en que la pronunció). Lo dijo además con el mismo tono que un caballero medieval emplearía para pedir la mano de la princesa, de forma altanera, solemne y con una máxima seguridad en que se iba a salir con la suya. El dependiente insistió en que eso era imposible. La cosa siguió así durante 20 minutos, hasta que el dependiente se fue para preguntarle a su jefe si sería posible que el cliente pudiera tener su PS4 el día 28, aunque todos sabíamos que era una batalla perdida porqué las grandes cadenas no se exponen a la sanción que conlleva la violación de la fecha de un lanzamiento. Yo estaba desesperado porqué solo quería pagar el artículo que me quería llevar, así que para ver si lograba que nuestro Quijote de los tiempos modernos dejara de pelearse contra el malvado gigante esta vez personificado por un dependiente en vez de un molino, le sugerí que si quería tener antes su PS4 edición Metal Gear la comprara a través de Xtralife, que se la mandarían a casa y la podría tener antes del 1 de septiembre con un poco de suerte. Él me preguntó ¿pero me darán puntitos? (eso casi quebró mi alma y mi psique), yo le respondí que sí, que los podría acumular para futuras compras y que esa página está muy bien. El dependiente regresó comunicándole que el jefe había dicho que era imposible, que el día 28 de agosto no se la podrían vender, el cliente insistió durante 10 minutos más y se fue.
Resultado: yo tardé más de 30 minutos en pagar un artículo que en condiciones normales no lleva mucho más de 40 segundos. Durante esos 30 minutos presencié la lamentable escena de un hombre intentando extorsionar a golpe de abanico conformado con billetes a un empleado que solo cumplía con su trabajo. La épica pero infructuosa lucha de un hombre contra un malvado imperio que le negaba lo que le pertenecía, o por lo menos así lo debía ver él.
Así que me pregunto ¿merece la pena rebajarse y hacer pasar un mal rato a los demás por un objeto por mucho que lo deseemos y que lo acabaremos teniendo igualmente a los pocos días?
Bien, aquí me gustaría hablar de los factores que pueden desencadenar tan curioso fenómeno:
1- Lo que prometen los creadores durante meses antes de lanzar el producto, presentándolo como la fórmula definitiva contra el aburrimiento bien adornado con un marketing elaborado.
2- La sugestión al usuario de que necesita el producto. Antes eramos consumidores, ahora somos una extensión de los productos que nos venden. Sin ellos estamos incompletos, es como si nuestro brazo estuviera en una vitrina inalcanzable y nos prometieran que en tal fecha nos lo devolverán a cambio de pagar un coste económico. Las redes sociales contribuyen a ello y son un sugestionador más potente que la prensa. Los medios de comunicación pueden ir perdiendo credibilidad paulatinamente, pero lo dicho por otras personas que no pertenecen a la prensa en cambio va adquiriendo más valor porqué se acepta como una "verdad popular", que básicamente es una impresión compartida por una gran comunidad que a pesar de no ser un hecho empírico se acepta casi como tal.
3- Un potenciador de este fenómeno es el tiempo libre: hay mucho paro, por lo tanto hay poco que hacer, como hay poco que hacer buscamos formas de pasar el tiempo y si no las encontramos podemos llegar a sentir ansiedad.
4- Relacionado con el punto anterior, estamos físicamente más desocupados, con lo cual estamos más mentalmente ocupados, pero no sabemos hacía donde dirigir esos pensamientos y cualquier cosa que se nos presente que nos invite a pensar en ello es bienvenido, dicho en otras palabras, somos más receptivos.
4- Relacionado con el punto anterior, estamos físicamente más desocupados, con lo cual estamos más mentalmente ocupados, pero no sabemos hacía donde dirigir esos pensamientos y cualquier cosa que se nos presente que nos invite a pensar en ello es bienvenido, dicho en otras palabras, somos más receptivos.
Estos son los factores que yo percibo como desencadenantes de este suceso que se repite cada vez que se lanza un nuevo y atractivo producto en el mercado, con lo cual son las opiniones de una persona cualquiera, ya que no soy ni psicólogo ni sociólogo, pero al igual que cada uno de nosotros tengo una percepción del mundo que me rodea.
¿Y vuestra percepción sobre el asunto cual es?
¿Y vuestra percepción sobre el asunto cual es?
miércoles, 9 de septiembre de 2015
Otaku niño, otaku hombre.
Bienvenidos a Nunca tendré razón, soy Juan Ramón Sainz Aragonès y hoy os hablaré de una lacra que sufrimos los aficionados al manga, al anime y a los videojuegos.
Aunque es un prejuicio que a día de hoy se ha ido superando en las edades en las que se suele ser un estudiante y ya no es tan frecuente que a un niño se le margine por ser aficionado al manga, cosa que por suerte ya no es como en los 80 y 90, lo cierto es que es un hobby que aún no se ve con buenos ojos cuando el otaku medio lo mantiene más allá de los 25.
Cuando se llega a cierta edad y hablas con gente que, bien pueden ser compañeros de trabajo, bien pueden ser parientes, es posible que surja el momento en que comentes que te gusta tal serie de anime y si encima resulta que era una que se retransmitía en tú país cuando eras niño su respuesta suele ser "ah, sí! La veía de pequeño ¿cómo te acuerdas aún de eso?" Te encuentras en la encrucijada de decidir si reconocer que la tienes en DVD y que todavía la sigues viendo o si mentir e inventarte que la estaba mirando el hijo de la vecina que te ha pedido que le cuides al niño y que lo veas con él. Yo simplemente reconocería la verdad, y aunque el interlocutor finja no darle importancia sé que en su fuero interno me juzgará por ello.
Suena raro, pero es así, y cuanto mayor te haces peor visto está. Puede llegar un punto en que incluso tú pareja pueda plantarse delante de tí y decirte "¿ya está bien, no?".
Lo cierto es que desde el punto de vista ajeno puedo entender esa forma de pensar, pero como otaku siempre diré "me siento más adulto porque el seinen me hace reflexionar y sentir emociones que me sirven para afinar mi empatía al igual que se afina un instrumento, el shonen me transmite esa energía para afrontar miedos a situaciones a las que cualquier adulto se enfrenta, porque todos los adultos tenemos miedos y buscamos algo que nos dé fuerzas, eso no me hace más niño que los que nutren su coraje gracias al apoyo moral de la religión, de creencias propias ajenas a la religión como bien pueda ser un mantra de autosugestión o simplemente evadir la mente e imaginar que se está en otro lugar, porque apartar el miedo es humano y todos somos humanos. Todos los géneros de manga además me siguen recordando a través de sus trazos a apreciar una belleza que va más allá de algo físico y tangible, una belleza sútil que no guarda relación con el sexo, la naturaleza o la esperanza que puede proporcionar la religión".
Creo que el camino del otaku es una senda que refuerza la sensibilidad, pero que a la vez nos da fuerzas para enfrentarnos a aquellos momentos duros de la vida. El camino correcto no es refugiarse en el manga, sino nutrirse de las cosas positivas que nos aporta.
¿Y vosotros que opináis? Os animo a dejar vuestros comentarios aquí debajo!
Aunque es un prejuicio que a día de hoy se ha ido superando en las edades en las que se suele ser un estudiante y ya no es tan frecuente que a un niño se le margine por ser aficionado al manga, cosa que por suerte ya no es como en los 80 y 90, lo cierto es que es un hobby que aún no se ve con buenos ojos cuando el otaku medio lo mantiene más allá de los 25.
Cuando se llega a cierta edad y hablas con gente que, bien pueden ser compañeros de trabajo, bien pueden ser parientes, es posible que surja el momento en que comentes que te gusta tal serie de anime y si encima resulta que era una que se retransmitía en tú país cuando eras niño su respuesta suele ser "ah, sí! La veía de pequeño ¿cómo te acuerdas aún de eso?" Te encuentras en la encrucijada de decidir si reconocer que la tienes en DVD y que todavía la sigues viendo o si mentir e inventarte que la estaba mirando el hijo de la vecina que te ha pedido que le cuides al niño y que lo veas con él. Yo simplemente reconocería la verdad, y aunque el interlocutor finja no darle importancia sé que en su fuero interno me juzgará por ello.
Suena raro, pero es así, y cuanto mayor te haces peor visto está. Puede llegar un punto en que incluso tú pareja pueda plantarse delante de tí y decirte "¿ya está bien, no?".
Lo cierto es que desde el punto de vista ajeno puedo entender esa forma de pensar, pero como otaku siempre diré "me siento más adulto porque el seinen me hace reflexionar y sentir emociones que me sirven para afinar mi empatía al igual que se afina un instrumento, el shonen me transmite esa energía para afrontar miedos a situaciones a las que cualquier adulto se enfrenta, porque todos los adultos tenemos miedos y buscamos algo que nos dé fuerzas, eso no me hace más niño que los que nutren su coraje gracias al apoyo moral de la religión, de creencias propias ajenas a la religión como bien pueda ser un mantra de autosugestión o simplemente evadir la mente e imaginar que se está en otro lugar, porque apartar el miedo es humano y todos somos humanos. Todos los géneros de manga además me siguen recordando a través de sus trazos a apreciar una belleza que va más allá de algo físico y tangible, una belleza sútil que no guarda relación con el sexo, la naturaleza o la esperanza que puede proporcionar la religión".
Creo que el camino del otaku es una senda que refuerza la sensibilidad, pero que a la vez nos da fuerzas para enfrentarnos a aquellos momentos duros de la vida. El camino correcto no es refugiarse en el manga, sino nutrirse de las cosas positivas que nos aporta.
¿Y vosotros que opináis? Os animo a dejar vuestros comentarios aquí debajo!
martes, 8 de septiembre de 2015
Economía otaku.
Los que somos aficionados al manga, al anime y a los videojuegos lo tenemos muy duro para dar abasto a todos los lanzamientos que mes tras mes inundan nuestras tiendas habituales, siempre y cuando no nos pongamos el parche en el ojo y nos dediquemos a piratear.
En anteriores entradas ya he tratado en profundidad los videojuegos, que nunca habían sido tan caros como ahora, especialmente si sois de los que les gusta tenerlo todo del juego y compráis DLCs (también opiné sobre eso, pero cada cual elige si apoyar esta tendencia), así que me centraré en esta ocasión en el anime y especialmente en el manga.
Cada vez es más común ver mangas que no solo son largas, sino que además aparecen uno o varios spin-off y/o secuelas, con lo cual si a eso se le añade que posiblemente estaremos coleccionando varias series al final acaba siendo una ruina para el pobre fan. Solo citaré unos pocos ejemplos como El ataque de los titanes y sus derivados o Evangelion, que no teniendo suficiente con el género de los mechas fue saltando a otros géneros en forma de varios spin-off como Iron maiden, El plan de entrenamiento de Shinji Ikari y demás.
En anime es otra historia: si quieres tener las series en blu-ray o DVD en la estantería sigue siendo caro, pero si te conformas con verlas afortunadamente ya están empezando a aparecer alternativas legales como Crunchyroll, que nos permite ver un amplio catalogo de series por 40 euros al año. También hay otras opciones por ahora gratuitas pero con menos catalogo y con más publicidad como Viewster o Daisuki, que en España pueden ser alternativas muy buenas y que tienen potencial para mejorar en el futuro y representar una dura competencia para Crunchyroll, la cual tiene muchos inconvenientes en España, aunque en LatinoAmerica funciona bastante mejor. Aquí en España lo mejor es tirar de AsiAnime, Daisuki y Viewster, que al ser gratuitas en relación calidad precio salen infinitamente mejor. Aquí tenéis más detalles de Crunchyroll.
Sí además coleccionamos figuras entonces los billetes huyen de nuestra cartera montados encima de una nube Kinton.
Así pues ser otaku es una ruina, pero tranquilos, porqué traigo consejos para ahorrar un poco, tanto en videojuegos, como en manga, como en anime en formato físico.
Para videojuegos lo mejor es comprobar en qué idioma están los juegos que nos interesan en otros países, porqué muchas veces también traen español y sale más barato importarlos que comprarlos aquí, incluso teniendo en cuenta los gastos de envío. Pero no siempre hay que comprar fuera, porqué en otras webs como xtralife y amazon.es. Otro consejo es estar pendientes de las ofertas que vayan saliendo en vuestras tiendas habituales porqué a veces os encontráis sorpresas. La de juegos para Play Station 3 que he comprado por 10 euros sin recurrir a la segunda mano.
Para manga mi mejor recurso es esperar al día 23 de abril de cada año, porque en San Jordi muchas librerías hacen suculentos descuentos que yo aprovecho para llevarme colecciones enteras de manga. Yo suelo mirar Casa del libro y las librerías de mi zona.
Para anime ahora mismo os recomiendo ir a El corte inglés, que tienes descuentos del 30% en películas y series en blu-ray hasta el 30 de septiembre (yo he comprado hace unas horas La chica que saltaba a través del tiempo por 7,34€). Generalmente también es una buena opción mirar en FNAC, porqué a veces hacen algún buen descuento y nunca se sabe por donde va a salir. Sin embargo lo mejor suele ser Amazon, ya que siempre están las series en DVD más baratas que en FNAC y si eres usuario premium no tienes que preocuparte en calcular los gastos de envío a cada pedido. Eso sí, hacerse premium vale 20 euros al año, por lo que cada uno debe valorar si gasta una cantidad superior a esa en gastos de envío cada año y ver si le sale rentable, a mí si me sale a cuenta, porqué además el servicio premium te incluye envío en 1 día.
Así que a grandes rasgos estos son mis conocimientos para darle rendimiento a la hucha otaku, pero si sabéis páginas y tiendas donde hagan buenas ofertas os invito a que lo compartáis conmigo en los comentarios.
Hasta la próxima entrada!
En anteriores entradas ya he tratado en profundidad los videojuegos, que nunca habían sido tan caros como ahora, especialmente si sois de los que les gusta tenerlo todo del juego y compráis DLCs (también opiné sobre eso, pero cada cual elige si apoyar esta tendencia), así que me centraré en esta ocasión en el anime y especialmente en el manga.
Cada vez es más común ver mangas que no solo son largas, sino que además aparecen uno o varios spin-off y/o secuelas, con lo cual si a eso se le añade que posiblemente estaremos coleccionando varias series al final acaba siendo una ruina para el pobre fan. Solo citaré unos pocos ejemplos como El ataque de los titanes y sus derivados o Evangelion, que no teniendo suficiente con el género de los mechas fue saltando a otros géneros en forma de varios spin-off como Iron maiden, El plan de entrenamiento de Shinji Ikari y demás.
En anime es otra historia: si quieres tener las series en blu-ray o DVD en la estantería sigue siendo caro, pero si te conformas con verlas afortunadamente ya están empezando a aparecer alternativas legales como Crunchyroll, que nos permite ver un amplio catalogo de series por 40 euros al año. También hay otras opciones por ahora gratuitas pero con menos catalogo y con más publicidad como Viewster o Daisuki, que en España pueden ser alternativas muy buenas y que tienen potencial para mejorar en el futuro y representar una dura competencia para Crunchyroll, la cual tiene muchos inconvenientes en España, aunque en LatinoAmerica funciona bastante mejor. Aquí en España lo mejor es tirar de AsiAnime, Daisuki y Viewster, que al ser gratuitas en relación calidad precio salen infinitamente mejor. Aquí tenéis más detalles de Crunchyroll.
Sí además coleccionamos figuras entonces los billetes huyen de nuestra cartera montados encima de una nube Kinton.
Así pues ser otaku es una ruina, pero tranquilos, porqué traigo consejos para ahorrar un poco, tanto en videojuegos, como en manga, como en anime en formato físico.
Para videojuegos lo mejor es comprobar en qué idioma están los juegos que nos interesan en otros países, porqué muchas veces también traen español y sale más barato importarlos que comprarlos aquí, incluso teniendo en cuenta los gastos de envío. Pero no siempre hay que comprar fuera, porqué en otras webs como xtralife y amazon.es. Otro consejo es estar pendientes de las ofertas que vayan saliendo en vuestras tiendas habituales porqué a veces os encontráis sorpresas. La de juegos para Play Station 3 que he comprado por 10 euros sin recurrir a la segunda mano.
Para manga mi mejor recurso es esperar al día 23 de abril de cada año, porque en San Jordi muchas librerías hacen suculentos descuentos que yo aprovecho para llevarme colecciones enteras de manga. Yo suelo mirar Casa del libro y las librerías de mi zona.
Para anime ahora mismo os recomiendo ir a El corte inglés, que tienes descuentos del 30% en películas y series en blu-ray hasta el 30 de septiembre (yo he comprado hace unas horas La chica que saltaba a través del tiempo por 7,34€). Generalmente también es una buena opción mirar en FNAC, porqué a veces hacen algún buen descuento y nunca se sabe por donde va a salir. Sin embargo lo mejor suele ser Amazon, ya que siempre están las series en DVD más baratas que en FNAC y si eres usuario premium no tienes que preocuparte en calcular los gastos de envío a cada pedido. Eso sí, hacerse premium vale 20 euros al año, por lo que cada uno debe valorar si gasta una cantidad superior a esa en gastos de envío cada año y ver si le sale rentable, a mí si me sale a cuenta, porqué además el servicio premium te incluye envío en 1 día.
Así que a grandes rasgos estos son mis conocimientos para darle rendimiento a la hucha otaku, pero si sabéis páginas y tiendas donde hagan buenas ofertas os invito a que lo compartáis conmigo en los comentarios.
Hasta la próxima entrada!
lunes, 7 de septiembre de 2015
Vampirismo y la actual industria del videojuego
En mi anterior entrada hablé sobre ese tipo de juegos que hoy en día son los más vendidos y sobre el poco reconocimiento que reciben esas pequeñas perlas con las que a veces nos sorprenden los desarrolladores. Es una pena que creadores intenten crear juegos diferentes y que sorprendan al público como por ejemplo innovar en cada entrega de Metal Gear o plantear los puzzles de ICO o las mecanicas de Shadow of Colossus y demás juegos y que haya un sector de público que nunca podrán dar a pie de que ese esfuerzo haya merecido la pena, ya que nunca podrán evaluar y valorar ese esfuerzo invertido por los creadores porque no ven nada más allá de su shooter o juego deportivo anual.
O almenos en otros tiempos sentiría cierta compasión, pero en la época en la que nos venden los juegos a cachos via DLC y que los personajes, trajes y demás se desbloquea con la cartera y no con la habilidad y paciencia la verdad es que ya no le doy tanta importancia a dar mi reconocimiento a la industria... Porque ya no se salvan ni los juegos más populares ni los impopulares, a veces ni siquiera los indies. Cada vez tratan peor al usuario y eso es culpa del usuario por varios motivos:
1- Comprar todos los lanzamientos de salida y comprar además los DLCs de pago en lugar de esperar a la edición GOTY.
2- Elevar a las desarrolladores al nivel de Dioses y defender todo lo que hagan a capa y espada cuando muchas veces recurren a prácticas que rozan la ilegalidad y sobrepasan la inmoralidad (como el famoso downgrade de The witcher 3, en el que previamente enseñaron videos del juego funcionando en PC en ultra poniendo la botonera de PS4, al igual que sucedió, sucede y sucederá con otros juegos).
3- No organizarnos para boicotear los juegos que vayan a incluir DLCs y negarnos a comprarlos de salida y esperar a la GOTY. Parece el mismo punto que el 1, pero la diferencia está en que un individuo que se conciencie y deje de pasar por el aro no cambia nada, pero si lo hacemos todos ya es otra historia.
4- Las cifras de ventas de un juego doblado en español a otro juego que no esté doblado pero sí subtitulado no marcan una gran diferencia, con lo cual les sale más rentable y les representa menos esfuerzo no invertir en el doblaje.
5- Pelearnos entre nosotros para ver quien tiene la mejor plataforma de juego en vez de unirnos para hacer peticiones de firmas a las desarrolladoras de la industria para pedirles que dejen de vendernos humo y demos extendidas y nos vuelvan a vender los juegos completos como en los tiempos de la generación de PS2, Game Cube y Xbox.
Mientras no cambie esto no nos quedará más que entonar un requiem por los videojuegos y lamentar la buena salud de la que goza una industria que se ha prostituído y que ya no volverá a crear arte.
O almenos en otros tiempos sentiría cierta compasión, pero en la época en la que nos venden los juegos a cachos via DLC y que los personajes, trajes y demás se desbloquea con la cartera y no con la habilidad y paciencia la verdad es que ya no le doy tanta importancia a dar mi reconocimiento a la industria... Porque ya no se salvan ni los juegos más populares ni los impopulares, a veces ni siquiera los indies. Cada vez tratan peor al usuario y eso es culpa del usuario por varios motivos:
1- Comprar todos los lanzamientos de salida y comprar además los DLCs de pago en lugar de esperar a la edición GOTY.
2- Elevar a las desarrolladores al nivel de Dioses y defender todo lo que hagan a capa y espada cuando muchas veces recurren a prácticas que rozan la ilegalidad y sobrepasan la inmoralidad (como el famoso downgrade de The witcher 3, en el que previamente enseñaron videos del juego funcionando en PC en ultra poniendo la botonera de PS4, al igual que sucedió, sucede y sucederá con otros juegos).
3- No organizarnos para boicotear los juegos que vayan a incluir DLCs y negarnos a comprarlos de salida y esperar a la GOTY. Parece el mismo punto que el 1, pero la diferencia está en que un individuo que se conciencie y deje de pasar por el aro no cambia nada, pero si lo hacemos todos ya es otra historia.
4- Las cifras de ventas de un juego doblado en español a otro juego que no esté doblado pero sí subtitulado no marcan una gran diferencia, con lo cual les sale más rentable y les representa menos esfuerzo no invertir en el doblaje.
5- Pelearnos entre nosotros para ver quien tiene la mejor plataforma de juego en vez de unirnos para hacer peticiones de firmas a las desarrolladoras de la industria para pedirles que dejen de vendernos humo y demos extendidas y nos vuelvan a vender los juegos completos como en los tiempos de la generación de PS2, Game Cube y Xbox.
Mientras no cambie esto no nos quedará más que entonar un requiem por los videojuegos y lamentar la buena salud de la que goza una industria que se ha prostituído y que ya no volverá a crear arte.
domingo, 6 de septiembre de 2015
Desde los padres fundadores frikis hasta llegar a los hijos gamer.
En mi primera entrada quiero hacer una reflexión y análisis de la situación del mundillo de los videojuegos a lo largo de los últimos 25 años en España.
Hoy en día es bien sabido que los primeros puestos en las listas de los juegos más vendidos las ocupan de forma recurrente Call of Duty, Battlefield, FIFA... como juegos "fijos" y luego hay oscilaciones puntuales cuando hay algún lanzamiento como alguna nueva entrega de la saga Batman Arkham, Metal Gear Solid, Final Fantasy...
Las listas de los juegos más vendidos en España tienen lógica y detallaré por qué: los primeros en jugar a videojuegos eramos una minoría, eramos los que en los 80 y 90 se nos consideraban los frikis de la clase porqué teníamos una consola de videojuegos y preferíamos más irnos a casa a jugar a nuestra última adquisición en lugar de juntarnos a los otros niños que adoraban el fútbol por influencia de sus padres, las motos por influencia de amigos más mayores y/o hermanos y/o primos, los abusones (canis en su mayoría) que marginaban a los "frikis" por verlos diferentes.
A partir de principios de los 2000 los videojuegos fueron ganando algo de popularidad. Principalmente jugabamos los de siempre, pero los juegos de fútbol con gráficos de la generación de 32 y 128 bits empezaron a llamar la atención de un público más general. También sucedió con los juegos de coches y formula 1, especialmente cuando gracias a Fernando Alonso España empezó a tener mayor peso en el mundo del motor. En el tenis sucedió con Nadal. Eso desembocó a que los fans de los deportes vieran en los videojuegos una forma de vivir su afición algo distinta a la habitual de sentarse frente a la tele.
Eso se fue extendiendo además a la aparición de los cibers, donde los chavales jugaban en clanes de Counter Strike y otros shooters en primera persona, como el primer Battlefield.
Y fue justo en ese punto de inicio en el que este tipo de juegos generaron en rutina, en seguir jugando año tras año al nuevo juego de los géneros que popularizaron los videojuegos.
Eso así mismo explica el porqué en los 90 los J-RPG como Final Fantasy VII el cual tomaré como ejemplo durante este párrafo, y otros juegos minoritarios se consideraron que tuvieron unas buenas ventas en su momento, porque dentro del volumen de usuarios de consolas había un sector de jugadores en una muy notable cantidad dentro del total de poseedores de una consola que jugaban a esos juegos. En números hipotéticos para ejemplificarlo imaginaremos que si se vendían 100 consolas probablemente 70 usuarios tuvieran o conocieran el Final Fantasy VII, lo cual era una muy buena estadística respecto al total de poseedores de una consola. Hoy en día más y más gente posee una consola y el volumen de juegos que antes eran joyas hoy en día se han convertido en un mercado minoritario y los que representan un volumen grande de ventas respecto al total son los jugadores de FIFA, COD y demás. Hablando una vez más en términos hipotéticos ahora se venderían 1000 consolas y de este total unos 700 tienen un FIFA, COD y juegos de este tipo los cuales serán denominados por los menos diplomáticos en su forma de expresarse como "casuals" y sus compradores se autodenominan "gamers".
Llevo 25 años jugando a videojuegos y he vivido todas las etapas, así que se puede decir que he vivido la historia de la popularización de los videojuegos en España en primera persona. Recuerdo de amigos que compraban juegos de importacion para Super Nintendo gastándose 20000 pesetas (120 euros), recuerdo como a los que nos gustaban los videojuegos se nos consideraban bichos raros y era difícil encontrar en clase a otros niños con esa afición. Por aquellos tiempos la única forma de conseguir que a los chavales les gustasen las consolas era invitándoles a tú casa a jugar, pero era difícil, ya que al no tener nada en común costaba invitarles y a ellos podría no serles cómodo aceptar por la presión social de no juntarse con el que le gustaba algo diferente.
Se puede decir que los videojuegos han pasado de ser el símbolo de la introversión, del aislamiento y de la barrera que podría separar a los aficionados a este hobby de otros niños a convertirse en una poderosa herramienta de integración social en la que por ejemplo cuando vas a una cena informal con amigos de amigos a los cuales no conoces muy bien y no sabes de que hablar con ellos el sacar el tema de conversación de Call of duty puede dar pie a que intercambies ID y juegues con gente a la que hayas conocido en la cena y así de forma indirecta acabas haciendo amigos o por lo menos conocidos.
Fue la implementación de internet en las consolas lo cual abrió las puertas a la interacción entre jugadores anónimos cada uno en su casa.
Este hábito entra también en los nostálgicos que jugábamos a Super Nintendo con colegas y hoy en día la añoranza de los jugadores que vivimos la época como pioneros unida a la costumbre de jugar a distancia nos lleva a buscar emuladores que permitan el juego online para esas plataformas clásicas. Somos un mercado nicho muy minoritario, pero aún existimos.
Ahora pasaremos a analizar que está sucediendo en muchos foros de internet: hay mal ambiente en general y daré mi punto de vista de las causas, porqué hay varias, como el mal rollo que traen los que antaño eran abusones en el colegio y que hace 4 días se empezaron a llamar así mismo gamers por haber descubierto el Call of duty en casa de un colega, esto además choca frontalmente contra la rábia contenida de los que fueron víctimas de esos abusos por gustarles los videojuegos y viven como una hipocresía esta moda. Dentro de este marco tenemos a los que les gustan esos géneros minoritarios como las visual novels o los dungeon J-RPG y que ven que aquí venden poco sin pararse a pensar en la lógica de que si el juego llega en inglés y en España hay poco nivel de dominio de la lengua de Shakespeare la consecuencia será que la gente no compre esos juegos o los compren rebajados.
Hago un parentesis para contar una anécdota personal que me sucedió en un foro en el que me insultó un usuario porque dí mi opinión acerca de que considero injusto recompensar a una distribuidora que no trae los juegos traducidos de la misma forma que otra que sí los traduce y que yo los juegos que llegan en inglés nunca los compro de salida, porque al no tener el valor añadido de la traducción siento que no debo pagar ese sobrecoste que a mí parecer es injustificado.
Mi anécdota nos lleva a otro gran problema que yo veo aquí: los salvaindustrias, los mismos que compran DLC porque "hay que apoyar a los desarrolladores", los mismos que atacan a quien no compre de salida juegos enfocados para un público minoritario "porque si no, no traen más". Mi respuesta para estos últimos es "pues si no traen más lo compro de importación USA, que para jugar en inglés me da lo mismo y los compro casi al mismo precio".
Esto ha generado un intercambio de papeles generalizado, empezando por el cambio en la mentalidad de los jugadores clásicos de toda la vida que estabamos dispuestos a comprar cualquier juego de salida aunque estuviera en inglés o nos tocara tirar de importación de Japón y jugarlo en la lengua del país nippon los cuales ahora nos sentimos decepcionados cuando vemos que los juegos que a nosotros nos gusta no se traducen en español, pero vemos como otros juegos superventas sí se traducen y a veces incluso se doblan porqué atraen a un público mayoritario, consecuencia lógica de que representamos un volumen de ventas muy pequeño del total del mercado actual. El público mayoritario consumidor de este tipo de superventas al mismo tiempo está insatisfecho porqué la industria ha degenerado en que para tener el juego completo hay que comprarlo por fasciculos (llamados DLC de los cuales hablaré en mi próxima entrada). Este boom de usuarios de videojuegos ha desembocado en que las grandes compañías de la industria tienen más poder que nunca y eso al mismo tiempo las aleja de los consumidores, pero me reitero en que hablaré de esto en otra ocasión.
Aquí concluyo este recorrido en la historia del mundillo en estos últimos 25 años, aunque hablaré de videojuegos y de otras cosas en el futuro.
Os animo a que deis vuestro punto de vista aquí abajo en los comentarios!
Hasta la próxima!
Hoy en día es bien sabido que los primeros puestos en las listas de los juegos más vendidos las ocupan de forma recurrente Call of Duty, Battlefield, FIFA... como juegos "fijos" y luego hay oscilaciones puntuales cuando hay algún lanzamiento como alguna nueva entrega de la saga Batman Arkham, Metal Gear Solid, Final Fantasy...
Las listas de los juegos más vendidos en España tienen lógica y detallaré por qué: los primeros en jugar a videojuegos eramos una minoría, eramos los que en los 80 y 90 se nos consideraban los frikis de la clase porqué teníamos una consola de videojuegos y preferíamos más irnos a casa a jugar a nuestra última adquisición en lugar de juntarnos a los otros niños que adoraban el fútbol por influencia de sus padres, las motos por influencia de amigos más mayores y/o hermanos y/o primos, los abusones (canis en su mayoría) que marginaban a los "frikis" por verlos diferentes.
A partir de principios de los 2000 los videojuegos fueron ganando algo de popularidad. Principalmente jugabamos los de siempre, pero los juegos de fútbol con gráficos de la generación de 32 y 128 bits empezaron a llamar la atención de un público más general. También sucedió con los juegos de coches y formula 1, especialmente cuando gracias a Fernando Alonso España empezó a tener mayor peso en el mundo del motor. En el tenis sucedió con Nadal. Eso desembocó a que los fans de los deportes vieran en los videojuegos una forma de vivir su afición algo distinta a la habitual de sentarse frente a la tele.
Eso se fue extendiendo además a la aparición de los cibers, donde los chavales jugaban en clanes de Counter Strike y otros shooters en primera persona, como el primer Battlefield.
Y fue justo en ese punto de inicio en el que este tipo de juegos generaron en rutina, en seguir jugando año tras año al nuevo juego de los géneros que popularizaron los videojuegos.
Eso así mismo explica el porqué en los 90 los J-RPG como Final Fantasy VII el cual tomaré como ejemplo durante este párrafo, y otros juegos minoritarios se consideraron que tuvieron unas buenas ventas en su momento, porque dentro del volumen de usuarios de consolas había un sector de jugadores en una muy notable cantidad dentro del total de poseedores de una consola que jugaban a esos juegos. En números hipotéticos para ejemplificarlo imaginaremos que si se vendían 100 consolas probablemente 70 usuarios tuvieran o conocieran el Final Fantasy VII, lo cual era una muy buena estadística respecto al total de poseedores de una consola. Hoy en día más y más gente posee una consola y el volumen de juegos que antes eran joyas hoy en día se han convertido en un mercado minoritario y los que representan un volumen grande de ventas respecto al total son los jugadores de FIFA, COD y demás. Hablando una vez más en términos hipotéticos ahora se venderían 1000 consolas y de este total unos 700 tienen un FIFA, COD y juegos de este tipo los cuales serán denominados por los menos diplomáticos en su forma de expresarse como "casuals" y sus compradores se autodenominan "gamers".
Llevo 25 años jugando a videojuegos y he vivido todas las etapas, así que se puede decir que he vivido la historia de la popularización de los videojuegos en España en primera persona. Recuerdo de amigos que compraban juegos de importacion para Super Nintendo gastándose 20000 pesetas (120 euros), recuerdo como a los que nos gustaban los videojuegos se nos consideraban bichos raros y era difícil encontrar en clase a otros niños con esa afición. Por aquellos tiempos la única forma de conseguir que a los chavales les gustasen las consolas era invitándoles a tú casa a jugar, pero era difícil, ya que al no tener nada en común costaba invitarles y a ellos podría no serles cómodo aceptar por la presión social de no juntarse con el que le gustaba algo diferente.
Se puede decir que los videojuegos han pasado de ser el símbolo de la introversión, del aislamiento y de la barrera que podría separar a los aficionados a este hobby de otros niños a convertirse en una poderosa herramienta de integración social en la que por ejemplo cuando vas a una cena informal con amigos de amigos a los cuales no conoces muy bien y no sabes de que hablar con ellos el sacar el tema de conversación de Call of duty puede dar pie a que intercambies ID y juegues con gente a la que hayas conocido en la cena y así de forma indirecta acabas haciendo amigos o por lo menos conocidos.
Fue la implementación de internet en las consolas lo cual abrió las puertas a la interacción entre jugadores anónimos cada uno en su casa.
Este hábito entra también en los nostálgicos que jugábamos a Super Nintendo con colegas y hoy en día la añoranza de los jugadores que vivimos la época como pioneros unida a la costumbre de jugar a distancia nos lleva a buscar emuladores que permitan el juego online para esas plataformas clásicas. Somos un mercado nicho muy minoritario, pero aún existimos.
Ahora pasaremos a analizar que está sucediendo en muchos foros de internet: hay mal ambiente en general y daré mi punto de vista de las causas, porqué hay varias, como el mal rollo que traen los que antaño eran abusones en el colegio y que hace 4 días se empezaron a llamar así mismo gamers por haber descubierto el Call of duty en casa de un colega, esto además choca frontalmente contra la rábia contenida de los que fueron víctimas de esos abusos por gustarles los videojuegos y viven como una hipocresía esta moda. Dentro de este marco tenemos a los que les gustan esos géneros minoritarios como las visual novels o los dungeon J-RPG y que ven que aquí venden poco sin pararse a pensar en la lógica de que si el juego llega en inglés y en España hay poco nivel de dominio de la lengua de Shakespeare la consecuencia será que la gente no compre esos juegos o los compren rebajados.
Hago un parentesis para contar una anécdota personal que me sucedió en un foro en el que me insultó un usuario porque dí mi opinión acerca de que considero injusto recompensar a una distribuidora que no trae los juegos traducidos de la misma forma que otra que sí los traduce y que yo los juegos que llegan en inglés nunca los compro de salida, porque al no tener el valor añadido de la traducción siento que no debo pagar ese sobrecoste que a mí parecer es injustificado.
Mi anécdota nos lleva a otro gran problema que yo veo aquí: los salvaindustrias, los mismos que compran DLC porque "hay que apoyar a los desarrolladores", los mismos que atacan a quien no compre de salida juegos enfocados para un público minoritario "porque si no, no traen más". Mi respuesta para estos últimos es "pues si no traen más lo compro de importación USA, que para jugar en inglés me da lo mismo y los compro casi al mismo precio".
Esto ha generado un intercambio de papeles generalizado, empezando por el cambio en la mentalidad de los jugadores clásicos de toda la vida que estabamos dispuestos a comprar cualquier juego de salida aunque estuviera en inglés o nos tocara tirar de importación de Japón y jugarlo en la lengua del país nippon los cuales ahora nos sentimos decepcionados cuando vemos que los juegos que a nosotros nos gusta no se traducen en español, pero vemos como otros juegos superventas sí se traducen y a veces incluso se doblan porqué atraen a un público mayoritario, consecuencia lógica de que representamos un volumen de ventas muy pequeño del total del mercado actual. El público mayoritario consumidor de este tipo de superventas al mismo tiempo está insatisfecho porqué la industria ha degenerado en que para tener el juego completo hay que comprarlo por fasciculos (llamados DLC de los cuales hablaré en mi próxima entrada). Este boom de usuarios de videojuegos ha desembocado en que las grandes compañías de la industria tienen más poder que nunca y eso al mismo tiempo las aleja de los consumidores, pero me reitero en que hablaré de esto en otra ocasión.
Aquí concluyo este recorrido en la historia del mundillo en estos últimos 25 años, aunque hablaré de videojuegos y de otras cosas en el futuro.
Os animo a que deis vuestro punto de vista aquí abajo en los comentarios!
Hasta la próxima!
Suscribirse a:
Entradas (Atom)